Purificación después del Parto

02.03.2013 03:04

 

 

Lev 12:1  El Señor dijo a Moisés:
Lev 12:2  Di a los israelitas: Cuando una mujer da a luz un varón, quedará impura durante siete días, como durante su período menstrual.
Lev 12:3  Al octavo día circuncidará al niño.
Lev 12:4  Pero ella esperará 33 días para purificarse de su sangre. Ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al Santuario, hasta que cumpla los días de su purificación.
Lev 12:5  Si da a luz una hija, quedará impura durante dos semanas, conforme a su separación, y estará 66 días purificándose.
Lev 12:6  Cuando cumpla los días de su purificación, por hijo o por hija, traerá al sacerdote, a la Tienda de la Reunión, un cordero de un año para holocausto, y un pichón o una tórtola para expiación.
Lev 12:7  Y el sacerdote los ofrecerá en expiación por ella, y quedará limpia de su sangre. Esta es la ley de la que da a luz hijo o hija.
Lev 12:8  Si no tuviera lo suficiente para un cordero, llevará dos tórtolas o dos pichones, uno para holocausto y otro para expiación. Y el sacerdote hará expiación por ella, y quedará limpia. (NRV90)

Las instrucciones que nos ha dado el Creador hoy en día las podemos confirmar con los avances de la ciencia, que nos pueden ayudar a comprender en el caso que tratamos hoy sobre la purificación después del parto por qué el Eterno dio esta instrucción.

Opiniones médicas al respecto:

¿Qué provoca tener trastornos sexuales después del parto?
El cuerpo femenino experimenta una serie de cambios importantes durante la etapa del embarazo, que persisten aún después de finalizado el mismo. Las variaciones hormonales son normales  y estas conllevan a disminución del deseo sexual en algunos casos, aparte de esto, las cambios físicos vividos durante los 9 meses de embarazo son grandes y saltan a la vista, pero más allá de lo que se puede ver externamente, los cambios físicos internos son los de mayor consideración. Hay que tomar en cuenta que la labor de parto es un trauma físico, por ende, los órganos sexuales internos quedaran adoloridos e inflamados luego del parto, provocando dolor  que se acentuará con la penetración del pene, así como los genitales externos también reciben factura y estarán  resentidos e irritados. Todo esto es normal que cause trastornos sexuales después del parto, y solo requiere de un poco de tiempo para que las condiciones se restablezcan y el sexo se lleve a cabo sin dolor y sin malestar. En ocasiones se trata únicamente de dejar que el cuerpo cure por si solo sus consecuentes trastornos sexuales después del parto con el tiempo y en otras es necesario dejar la vida sexual reposando hasta que se tenga el buen visto médico para comenzarla de nuevo.
Lo que le sucede al cuerpo después del parto:
Resequedad vaginal: Los cambios hormonales que produce la lactancia conllevan a falta o disminución de lubricación.
Los desgarros o heridas en el canal de parto son bastante comunes prácticamente en todos los partos y provocan considerables dolores y malestares durante la penetración, siendo este uno de los trastornos sexuales después del parto de mayor frecuencia.  La episiotomía (también conocida copularme como “piquete”) es una incisión que realiza el médico para agrandar el canal vaginal durante el alumbramiento. Para retomar la vida sexual es necesario que esta herida este completamente cicatrizada. De lo contrario va a provocar dolor y retardar su curación. Solo el médico le puede indicar cuando la herida ha cerrado y se permite entonces el sexo.
Debilidad de los músculos vaginales, propia de la distensión provocada durante el parto.

La primer pregunta que surge es ¿por qué con la niña es el doble de tiempo? La respuesta la podemos obtener a través de las palabras del apóstol Pablo que dijo:

1Ti 2:13  Porque Adán fue formado primero, después Eva.
1Ti 2:14  Y Adán no fue engañado, sino la mujer, al ser engañada, cayó en transgresión.

La Escritura en muchas ocasiones como ésta no da explicación o razón por alguna instrucción, sin embargo primeramente entendamos que todas las instrucciones que el Creador nos ha dado son por nuestro bien, además, detrás de ellas siempre habrá santidad para el pueblo del Creador.
Como dijo Pablo, el pecado entró a través de la mujer, fue ella el instrumento de Satanás para corromper a la humanidad. Esto lo examinaremos con mayor profundidad cuando veamos la vida de Eva, sin embargo ahora es importante entender que Eva rompió con la santidad que les revestía, por eso al pecar tuvieron necesidad de cubrir sus cuerpos, ahora nosotras las mujeres hemos heredado las consecuencias de ese pecado que no solo consistió en comer una fruta, mucho menos una manzana como lo ha pintado la iglesia católica. El pecado de Eva va más allá, y debido a las consecuencias como la menstruación entre otras nosotras sus descendientes tenemos la tarea de vivir como Eva debió haber vivido desde un principio, y que a causa de la seducción astuta de la serpiente repercute en la mujer de hoy no entendiendo cual es nuestro papel y cómo debemos desempeñarlo.

La menstruación, los dolores al dar a luz entre otras debemos entenderlas como consecuencias del pecado, en otras palabras como impureza, ya que la pureza no solo radica en algo físico sino también espiritual. Por eso, si el Creador ha dado una orden sabiendo sus implicaciones es mejor actuar en obediencia, no nos veamos rebeldes como Eva en el principio.