La Verdad sobre los Diezmos

La Verdad sobre los Diezmos

Por :James L. Porter

Nunca he leído una explicación del diezmo. He leído muchas exhortaciones a la gente sobre el deber de diezmar exhortaciones que citan las promesas del Poderoso por diezmar pero nunca he leído una que en realidad explique el diezmo.

El diezmo es uno de los temas peor entendidos de la Biblia. La mayor parte de lo que se enseña en la actualidad no es bíblico. Esto es cierto en las iglesias que intentan observar las leyes del Eterno y las enseñan así como en otras iglesias que ignoran les leyes de Yahwéh (excepto la del diezmo por supuesto).

Algunas iglesias dominicales enseñan que es necesario pagar diezmos aún cuando no se atreven enseñar que alguna otra porción de la ley es esencial. Por lo tanto no han estado en posición de entender verdaderamente el diezmo y su uso apropiado.

Desdichadamente las iglesias observadoras del sábado han enseñado el diezmo desde el mismo punto de vista que han usado las iglesias dominicales para exhortar a sus miembros a diezmar. Esto a sido un error y es tiempo de que cambiemos del estilo de dar de los dominicales.

Creciendo en conocimiento de la ley de Yahwéh

Si usted cree en la observancia de las leyes de Yahwéh entonces el aprender sobre el diezmo y sobre cómo usarlo según las Escrituras es una parte muy importante de su crecimiento espiritual. El diezmar y el dar son partes importantes de Su ley. Si usted ha entrado verdaderamente en el Nuevo Pacto y tiene en su corazón el obedecer Sus leyes entonces este es un tema que usted debería entender claramente y comenzar a practicar como Él le instruyó en Su Palabra.

Nuestra felicidad en Yahwéh es afectada muy directamente por nuestro dar. Nada toca nuestra vida de una manera más directa que nuestra propiedad. La manera en que manejamos nuestras propiedades, y la actitud y el entendimiento con los que presentamos nuestras dádivas a Yahwéh, tienen una influencia directa en nuestra propia paz y regocijo
en Él.

Por favor, lea con cuidado

Este articulo le explicará en forma breve las leyes acerca del diezmo. Por favor, no asuma que usted ya lo sabe todo acerca del diezmo, aun si usted ha estado diezmando por años. Este articulo le dará información y un nuevo entendimiento de cómo manejar los diezmos y las ofrendas, la cual usted tal vez nunca había considerado antes. Estúdielo hasta el final. Por favor, no asuma que usted ya sabe de qué se va hablar.

¿Se ha preguntado usted por qué el diezmo se menciona tan escasamente en el Nuevo Testamento? No se le da a la iglesia ninguna instrucción en el Nuevo Testamento concerniente al diezmo. Esto ha desconcertado a muchos porque es muy importante para las iglesias de hoy. Después que usted tenga un entendimiento claro del diezmo, se dará cuenta de por qué no se mencionó en las instrucciones que se le dieron a la Iglesia.

Es necesario entender el diezmo original

La razón por la que las iglesias de hoy no son bíblicas en su enseñanza sobre el diezmo es porque no han tratado de entender el sistema de diezmo que Yahwéh le dio a Israel.  Siendo que no hay prácticamente nada en el Nuevo Testamento acerca del diezmo, tenemos que recibir nuestra instrucción sobre este tema de lo que Yahwéh le dio a Israel. Él les dio el diezmo a ciertos hombres en Israel, y dio instrucciones especificas sobre cómo se debía usar.

Primero, entendamos sus instrucciones, luego vamos a estar en posición de sabe cómo podemos aplicar Sus instrucciones a nuestra situación actual. Es obvio que nuestra situación de hoy día es diferente de la que Yahwéh estableció para Israel. Tenemos que entender primero aquel sistema para poder percibir la manera de Yahwéh. Entonces estaremos en posición de saber cómo debemos conducirnos según su voluntad hoy día.
Además, después que percibamos lo que él le dio a Israel, estaremos en posición de entender mejor ciertos pasajes del Nuevo Testamento sobre el dar a Yahwéh.

Los sacerdotes y los levitas

El sistema de diezmos y de ofrendas y donaciones a Yahwéh envolvía a los sacerdotes y a los levitas. Estos fueron los hombres que él designó para recibir por Él estos diezmos y donaciones. Las cosas sagradas que el pueblo de Israel apartaba tenían también otros usos, como veremos más tarde, pero primero leamos los pasajes relativos a los sacerdotes y los levitas. En un artículo tan breve como éste no podremos cubrir todos los pasajes, por supuesto, pero suficientes para dar un buen entendimiento de las instrucciones de Yahwéh a su pueblo Israel.

Los sacerdotes eran todos hijos de Aarón, que eran una sola familia de la tribu de Leví. Todos los hombres de Leví fueron apartados por Yahwéh para Su servicio, pero había una clara distinción entre los deberes y derechos de los sacerdotes, los hijos de Aarón, y los del resto de los levitas. Solamente los hijos de Aharón podían ministrar en el altar y en el santuario.

Los deberes y las porciones de los sacerdotes

Números 18 :5: "Y tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que no venga más la ira sobre los hijos de Israel."

Estas instrucciones se dieron después de la rebelión de Koré, cuando otros hombres pensaron que podían acercarse al altar de Yahwéh. Yahwéh dio la señal de la vara de Aarón que reverdeció y echó hojas y fruto en una noche, para mostrar quién debía acercarse al altar. Aarón y sus hijos eran los únicos que podían ministrar en el altar y dentro del santuario. Por este servicio se les daban ciertas porciones, pero nótese que esto NO incluía el diezmo del pueblo.

Números 18:8-9: "Dijo más Yahwéh a Aarón; He aquí yo te he dado también el cuidado de mis ofrendas, todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y a tus hijos, por estatuto perpetuo. Esto será tuyo de la ofrenda de las cosas santas, reservadas del fuego; toda ofrenda de ellos, todo presente suyo, y toda expiación por el pecado de ellos, y toda expiación por la culpa de ellos, que me han de presentar, será cosa muy santa para ti y para tus hijos.

Los sacerdotes fueron puestos a cargo de todo lo que el pueblo apartara para consagrarlo a Yahwéh. Una ofrenda mecida era la porción que el pueblo elevaba y dedicaba a Yahwéh. Todas las porciones reservadas del fuego, cuando se hacían ofrendas, pertenecían a los sacerdotes.

Cuando el pueblo sacrificaba un animal que no era para ofrendas por el pecado o por la transgresión, entonces el pueblo mismo se comía la mayor parte del animal. El sacerdote recibía una porción relativamente pequeña para su uso, y la mayor parte del animal, o de la ofrenda, se la comía el pueblo mismo.

Las porciones de las ofrendas por la transgresión y por el pecado eran cosas muy santas, y podían ser comidas solamente por los hijos de Aarón cuando estaban  ministrando delante de Yahwéh. Las otras ofrendas eran para toda la familia del sacerdote y eran su porción, o herencia, en Israel.

Números 18:1 2,1 3: "De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido, las primicias de ello, que presentarán a Yahwéh, para ti las he dado. Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos, las cuales traerán a Yahwéh, serán tuyas; todo limpio en tu casa comerá de ellas."

El pueblo de Israel tomaba los primeros frutos que maduraban, y los apartaban para guardarlos hasta que se presentaran delante de Yahwéh. Esto no era un diezmo, sino solamente una pequeña ofrenda de los primerísimos frutos de su cosecha. Las ofrendas de los primeros frutos se daban al sacerdote, y podían usarlas todos en la familia del sacerdote, siempre y cuando estuvieran puros.

Números 18:19,20: "Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Yahwéh, las he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante de Yahwéh para ti y para tu descendencia contigo. Y Yahwéh dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrán parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel."

Los hijos de Aarón no recibieron tierra cuando se dividió entre el pueblo. El alimento para los sacerdotes y sus familias habría de proveerse mediante las ofrendas que el pueblo traería cuando se presentara ante el Poderoso en Su santuario.

Es importante notar que esto no se cambió después de la muerte del Mesías en el madero, porque Pablo dice: "¿No sabéis que los que ministran las cosas sagradas comen de las cosas del templo, y los que esperan en el altar tienen su porción del altar?"

Estudiaremos más tarde la aplicación de este pasaje en el Nuevo Testamento, pero por ahora, note que es un principio que no fue cambiado por el Mesías, así que debemos aplicarnos a entenderlo. No debemos asumir que todo ha sido cambiado y que por lo tanto estamos libres para crear nuevas reglas por nosotros mismos, sin percibir los caminos de Yahwéh.

Los levitas

Después del Exodo, Yahwéh reclamó que todos los primogénitos varones de los israelitas eran suyos, porque él había librado a Israel por medio de destruir a los primogénitos de Egipto (Núm. 3: 11). Los varones de la tribu de Leví se contaban de un mes de nacidos para arriba y se halló que sumaban 22,000. Los primogénitos varones del resto de Israel se contaron y resultaron ser poco más de ese número. Todos los varones de la tribu de Leví fueron apartados para el servicio de Yahwéh en intercambio por los primogénitos varones de las demás tribus de Israel. A los hombres de la tribu de Leví se les dio el deber de servir en el tabernáculo (Números 3:5-9).

Había mucho trabajo relacionado con el servicio sacrificial, y este habría de ser realizado por los levitas. Los sacerdotes solamente ministraban en el altar y dentro del santuario, pero los otros trabajos eran realizados por los hombres de Leví. Por ese servicio se les daban los diezmos.

Números 18:21: "He aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión." (También el verso 24).

El diezmo de los hijos de Israel se les dio a los levitas como herencia. Ellos a su vez diezmaban el diezmo que recibían y le daban a los sacerdotes.

Núm. 19:26-27, 31: "Así hablarás a los levitas y les dirás: Cuando tomáreis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra herencia, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Yahwéh el diezmo de los diezmos. Y se os contará vuestra ofrenda como grano de la era, y como producto del lagar...Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias, pues es vuestra remuneración por vuestro ministerio en el tabernáculo de reunión."

Los sacerdotes no recibieron tierras para cultivar: solamente ciudades con pequeñas áreas de pasto alrededor. Después que hubieran diezmado el diezmo que habían recibido, entonces el resto se contaba como si ellos mismos lo hubieran cultivado, y podía ser usado por su familia como alimento ordinario. Note que el diezmo era en forma de alimentos. Era una décima parte de todo el alimento comestible que producía la tierra.

Es importante darse cuenta de cómo funcionaba este sistema. Los levitas habrían de TOMAR EL DIEZMO. Era su herencia; ellos tenían un derecho legal a él. El pueblo de Israel había de separar el diezmo cuando recogían sus cosechas y guardarlo en almacenes separados de los que usaban para guardar los alimentos ordinarios. Los levita iban y los colectaban del pueblo. Cuando se hacía esto, un sacerdote tenía que acompañarlos. Los sacerdotes estaban a cargo de todas las cosas que Israel elevaba para dedicarlas a Yahwéh (Neh. 10:38).

Por supuesto, las personas que vivían cerca del tabernáculo (o del Templo) podían llevar allá sus diezmos y entregárselos a los levitas mismos, pero ordinariamente se guardaba en sus casas en un almacén separado. Cada tres años el pueblo había de sacar todo el diezmo que pudiera quedar con ellos, y ponerlo en un almacén común dentro de sus ciudades para que se usara con propósitos caritativos.

El diezmo del tercer año

Deut. 14:28: "Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Yahwéh tu Poderoso te bendiga en toda obra que tus manos hicieren."

Algunos han asumido que el diezmo del tercer año habría de ser un diezmo separado, un diezmo adicional, sobre el diezmo anual. Pero no hay nada en la Escritura que dé esa idea; esa idea surgió de las tradiciones rabínicas y se refleja en el libro de Tobit. Los rabinos fariseos eran notorios por hacer las leyes de Yahwéh difíciles y pesadas de llevar y no deben ser respetados por encima de la Palabra Inspirada misma. El asunto se pone en claro en la siguiente' instrucción sobre el diezmo del tercer año.

Deuteronomio 26:12-15: "Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el ano del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas y se saciarán. Y dirás delante de Yahwéh tu Poderoso: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo,ni de ellos he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Yahwéh mi Poderoso, he hecho conforme a todo lo que me has mandado."

Debe recordarse que la gente guardaba sus cosas consagradas en un lugar separado de sus alimentos ordinarios. Durante el tercer año debían sacar de sus almacenes personales como porciones consagradas, todo lo que quedara del diezmo. Esto se debía poner en un almacén público dentro de sus ciudades. Entonces se usaba para propósitos caritativos: para las viudas, los huérfanos, los extranjeros, y también para los levitas. La gente tenía entonces que presentarse delante de Yahwéh en Su lugar de adoración y hacer un juramento ante él en cuanto a cómo había'1 manejado la décima parte del producto que habían separado para él como sagrado.

La gente comía de sus diezmos

¿Notó usted que la gente debía decir delante de Yahwéh que no habían comido de su diezmo mientras estaban de loto). ¡Porque el pueblo de Israel ciertamente comía de sus diezmos que apartaba para Yahwéh! Esto es algo que hemos ignorado completamente hoy día, sin embargo es muy importante y necesitamos entenderlo. Yahwéh mandó específicamente a Israel que comiera de sus diezmos delante de él.

Deuteronomio 14:22: " Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Yahwéh tu Poderoso en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Yahwéh tu Poderoso todos los días. "

A Israel se le ordenó que COMIERA DE SUS DIEZMOS, cuando fueran a presentarse delante de Yahwéh en el lugar que él escogería. Él ordenó que todos los varones de Israel se presentaran delante de él tres voces al año (Exodo 23:17). Tenían que presentarse durante Sus días de fiestas sagradas de Pascua y Panes Inleudos, la Fiesta de las Semanas
(Pentecostés), y la Fiesta de las Cabañas.

Cuando se presentaran delante de él no debía ir con las manos vacías. Debían llevar sus ofrendas de primeros frutos; la primera parte de sus cosechas, que se le debía dar al sacerdote. Debían llevar una porción de sus diezmos para comer delante de Yahwéh. Debían también llevar con ellos sus animales primogénitos y éstos debían comerlos delante de Yahwéh en el lugar que él escogiera. No debían comen de ninguna de sus cosas consagradas en su hogar dentro de sus propias ciudades.

Deuteronomio 12:17,18: "Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino 0 de tu aceite, ni las primicias de tus cabras ni de tus ovejas, ni los votos que prometieres, ni las ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus manos; sino que delante de Yahwéh tu Poderoso las comerás, en el lugar que Yahwéh tu
Poderoso hubiere escogido, tu, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita que habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de Yahwéh tu Poderoso en toda la obra de tus manos."

Ninguna de las cosas que Israel apartaba como consagrada a Yahwéh podía comerse dentro de sus propias puertas. Solamente podían comerse cuando se presentaran delante de Yahwéh donde él pusiera su Nombre. Cuando se presentaban delante de él, debían comer una porción de sus diezmos; también de cualquier cosa que hubieren ofrendas recibido en voto a Yahwéh, y de sus ofrendas voluntarias y ofrendas elevadas. La única ocasión en que la gente podía comer de estas cosas era cuando se presentaban delante de su Poderoso.

Cuando se ofrecían las cosas consagradas, los sacerdotes recibían una porción y el pueblo tomaba el resto y festejaban y se alegraban como su Poderoso les había mandado hacer durante sus días de fiesta. Los levitas habían de participar con el pueblo durante esas fiestas, porque ellos también asistían y tal vez tomaban sus tamos en el servicio del templo.

El diezmo podía convertirse en dinero

El diezmo podía redimirse (comprarse) por medio de añadir una quinta parte de su valor. El dinero entonces podía usarse en lugar del producto físico.

Levítico 27:30-31 : "Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Yahwéh es; es cosa dedicada a Yahwéh. Y si alguno quiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello."

En algunas ocasiones era necesario para los israelitas convertir sus diezmos en dinero porque vivían demasiado lejos para transportar sus productos consagrados al Templo. Pero había provisión para ello:

"...entonces lo venderás (el diezmo), y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Yahwéh tu Poderoso escogiere; y darás el diezmo por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por cidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Yahwéh tu Poderoso, y te alegrarás tú y tu familia."

Si un hombre compraba su propio diezmo (lo redimía) para su propio uso en el hogar, entonces añadía una quinta parte a su precio. Sin embargo, el diezmo podía venderse a otros (Si la penalidad de la quinta parte) si se quería llevar el valor equivalente a la Fiesta en lugar del producto mismo.

Pero recuerde que el diezmo pertenecía al levita; era su herencia. Él tenía el derecho legal dado por Yahwéh de ir a los hogares de los israelitas en la Tierra Prometida, y tomar el diezmo. Entonces lo que sobraba lo llevaban a la Fiesta o lo vendían para poder comprar comida y bebida durante la Fiesta.

El dinero podía usarse para comprar cualquier cosa que desearan para las celebraciones ordenadas delante de Yahwéh. Note el énfasis en que la gente debía asistir a las fiestas y debía alegrarse. Ellos con todas sus familias debían alegrarse delante del Poderoso con las cosas que habían apartado como consagradas para Él.

Había más diezmo del que los levitas necesitaban

Para comprender cómo funcionaba este sistema, usted tiene que entender que la décima parte del producto comestible de la Tierra Prometida era mucho más de lo que los levitas podían usar. Ellos eran mucho más pequeños en número que cualquiera de las otras tribus. Los hombres de Israel de 20 anos para arriba se registraron en número de 600,000 hombres (Num. 1:46). La tribu de Leví había de servir a Yahwéh entre las edades de 30 a cincuenta años, y esos sumaban solamente 8,580 (Núm. 4:48). Los levitas eran mucho menos numerosos que una décima parte de todos los demás israelitas, y una décima parte de todo el alimento producido por la tierra era mucho más de lo que ellos podían usar.

Había más que suficiente para que el pueblo de Israel usara una parte de sus diezmos cuando asistían a las fiestas y también para tener un sobrante para ponerlo en los almacenes de la comunidad para propósitos caritativos después que los levitas hubieren tomado lo que necesitaban. Una décima parte de todo el alimento que producía la tierra se apartaba para TODOS estos usos.

Lo que era el diezmo

El diezmo era la décima parte de todos los productos comestibles producidos por la tierra que Yahwéh le había dado a Israel. Consistía de las cosechas usuales también de plantas de especias (Luc. 11:42); del aceite de las olivas; del vino de las uvas; del fruto de los árboles; también de los rebaños y de las manadas se diezmaba cada año.

Se pasaba a los animales bajo una vara (en una puerta) y cada décimo animal se apartaba. No debía ser inspeccionado para ver si era un animal bueno o malo. No podía cambiarse por otro animal mejor ni peor (Lev. 27:33). El pueblo también apartaba los animales machos primogénitos para comerlos durante las fiestas (Exo. 13: 12). Estos se apartaban como consagrados a Yahwéh cuando nacían y no estaban con los otros animales cuando se tomaba el diezmo. Esos animales no podían usarse para otros propósitos como trabajar o para trasquilarlos.

Las cosas que no se diezmaban

Generalmente resulta en un shock para la gente cuando se dan cuenta de que las cosas que hoy día contamos como cosas principales no se diezmaban. Los salarios las ganancias de inversiones las ganancias del comercio tales cosas no eran parte de sistema de diezmo que Yahwéh estableció para Israel. Tampoco las riquezas minerales que pudieran extraerse de minas ni la madera ni los animales de caza ni los peces se diezmaban. Tampoco los levitas colectaban diezmos de otras tierras que estuviese cultivando un israelita.

El pueblo de Israel daba porciones a Yahwéh de sus propias fuentes de riqueza por supuesto. Sólo porque estas cosas no eran parte del sistema de diezmos no significa que no se le daba a Yahwéh dinero u otros materiales. Estos se daban según la generosidad de la gente no según la porción legal de los productos de la tierra apartada para ser la
herencia de los siervos de Yahwéh.

El diezmo dado a los levitas por herencia era una décima parte de todos los productos comestibles que producía la Tierra Prometida. Esta porción el pueblo tenía que apartarla como consagrada a Yahwéh y, como hemos visto, tenía varios usos. Era una porción mucho mayor de lo que los levitas podían usar para sí mismos y para sus familias. El diezmo era suficiente grande como para que el pueblo usara una parte para alegrarse delante de Yahwéh, y también para proveer alimento para los pobres de sus propias ciudades.

El diezmo no se enseña en el Nuevo Testamento.

Siempre ha sido difícil entender por qué no se enseña el diezmo en el Nuevo Testamento cuando se le dio instrucciones a la asamblea mesiánica en las Epístolas. Se menciona el diezmo en referencias históricas acerca que de Abraham dio el diezmo (Heb. 7:5). Yahshúa lo mencionó cuando criticó a los fariseos en cuanto a que diezmaban de las más pequeñas cantidades de especias pero descuidaban los asuntos más importantes de la ley (Mat. 23:23). Lo mencionó cuando contó la historia de un fariseo que se jactaba delante del Poderoso acerca de su propia justicia, diciendo que daba diezmo de todo lo que tenía (Luc. 18:23). Pero aparte de estas referencias, el diezmo no se menciona en el Nuevo Testamento. ¿POR QUÉ? La respuesta es obvia si usted entiende las leyes de Yahwéh.

El sistema del diezmo no se transfirió

Yahshúa el Mesías no cambió el sistema del diezmo. Este quedó tal como se le había dado mediante Moisés. El no reclamó que el diezmo pertenecía ahora a él. Tampoco alguno de sus discípulos o ministros reclamó jamás que perteneciera a ellos. Esta es la razón por la que no se menciona en ninguna de las instrucciones dadas a la Asamblea en el Nuevo Testamento.

¡Considere cuidadosamente! Los judíos mesiánicos que todavía vivían y cultivaban la Tierra Prometida tienen que haber continuado usando sus diezmos en la manera prescrita por la ley. Esto siguió ocurriendo por varios años después de la crucifixión, hasta que el Templo fue destruido.

Había centenares de judíos que eran creyentes en Yahshúa el Mesías. Eran todos celosos de la ley, y todavía estaban usando el Templo y sus servicios, aunque no para recibir perdón de sus pecados (Hechos 2 1 :2 0). Si eran celosos de la ley, y estaban aun en aquel tiempo en posición de obedecer la ley del diezmo, entonces tienen que habérselo
dado a los hombres a quienes la ley ordena que se le dé.

Yahshúa nos dijo que no pensáramos que él vino a destruir la ley, y esto incluiría el sistema de diezmo que se dio mediante Moisés (Mat. 5:17). Él les dijo a los fariseos que ellos debían diezmar aún sus hojas de menta. No cambió la ley de manera que ahora él y sus ministros recibieran el diezmo en lugar de recibirlo los levitas. No él dijo que ni siquiera un ápice de la ley pasaría hasta que todo se pusiera en efecto.

El restaurará el sistema del diezmo otra vez

Yahshúa el Mesías algún día restaurará todas las cosas (Hechos 3 :21). Restaurará el Templo sus servicios y también el sistema del diezmo para el sostén de los levitas y los sacerdotes en su servicio señalado (Eze. 44:10). Todo esto se realizará en el futuro después que Israel haya sido recogido completamente en su Tierra Prometida y esté obedeciendo a su Poderoso. Lea esta clara profecía en Ezequiel 20:40-42 donde se nos dice que él restaurará a Israel y que entonces requerirá de todos otra vez sus porciones sagradas.

¿Qué le instruyó hacer a su Asamblea?

La pregunta que nos concierne ahora es: ¿Qué le indicó Yahshúa a su asamblea que hiciera? ¿Cómo debemos manejar nuestras ofrendas y diezmos? Es obvio que el sistema del diezmo dado a Israel no encaja completa mente en nuestra situación hoy en día: Él ha removido temporalmente de sus oficios a aquellos hombres a quienes se les dio el diezmo como su herencia. [Además ahora muy pocos de nosotros somos agricultores y criadores de ganados]. Sin embargo podemos seguir los preceptos que él le dio a Israel. Debemos poder aplicar las verdades espirituales y los propósitos de este sistema a nuestras vidas hoy día. La promesa fue que él haría que sus leyes se convirtieran en parte integrante de nosotros.

Hebreos 10:16: Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días dice Yahwéh: pondréis leyes en sus corazones y en sus mentes las escribiré.

Las mismas leyes que definen el sistema de diezmo y el dar ofrendas a Yahwéh habrían de convertirse en parte de nosotros. Estos ideales de lo que es bueno a Su vista habrían de ser escritos en nuestro corazón y nuestra mente. Debíamos tener el poder de seguir los mismos preceptos; de hacer una aplicación a nuestra situación actual de los principios
revelados por Sus Caminos.

La gente ha sido engañada

A la gente se la ha engañado induciéndola a una falsa práctica del diezmo y el dar ofrendas tal como se les ha engañado en otros asuntos de la ley como la observancia del domingo en lugar del sábado. De la misma manera que el sábado fue falsificado como día santo así se impuso hace mucho tiempo un falso sistema de diezmo.

Nosotros hemos reconocido la mentira de que los sábados fueron cambiados por el Poderoso y substituidos por la observancia de los días paganos; pero hemos continuado practicando el sistema falso de diezmo y ofrendas, también instituido por una iglesia corrompida. Se instituyó por la codicia de los hombres, y es tiempo de que regresemos a un sistema que se base en las leyes de Yahwéh. Es Su camino el que debe estar en nuestros corazones y nuestras mentes; no un sistema corrupto heredado de
la Iglesia Católica.

En tiempos antiguos, cuando el cuerpo visible de la Asamblea Mesiánica cambió para observar las costumbres de los gentiles, también se cambió drásticamente el sistema del diezmo. Los ministros empezaron a exigir que se les dieran todos los diezmos, para usarlos como les pareciera. En Israel la gente misma retenía el control sobre una porción del diezmo. El diezmo se cambió por la iglesia corrupta para ser una décima parte de
toda riqueza que produce la gente, y esto se les exige, como si fuera la porción legal que Yahwéh ordenó en su ley. El diezmo según lo ordenó Yahwéh tenía tres propósitos. Y los tres han sido corrompidos.

La caridad se alteró

Bajo el sistema original del diezmo, uno de sus usos era para caridad. En la práctica de este principio en la Asamblea del Nuevo Testamento, las porciones sagradas eran primero que nada para sus propios pobres. La mayor preocupación de la Asamblea era por sus propias viudas, huérfanos y pobres. Tenemos muchos pasajes que nos muestran que esta fue la manera en que Yahwéh estableció su sistema, y ésta es también la manera en que
operaba la Asamblea del Nuevo Testamento. Hoy encontramos que este ¿principio se ha alterado, y la caridad es más bien para los de afuera.

Hoy día las iglesias tienen fondos de caridad, pero éstos se usan generalmente para ayudar a personas que NO son parte de la iglesia. Se hacen conmovedoras exhortaciones por fondos para los pobres en tierras extranjeras. Tales apelaciones por dinero usualmente obtienen las simpatías y el apoyo de la gente. Se piensa que esa es la manera correcta de mostrar nuestra justicia. Pero SUS PROPIAS viudas y pobres dentro de la iglesia son casi totalmente ignorados. La ministración a las viudas y los pobres dentro de la congregación fue lo primero que empezó a hacer la congregación después del día de Pentecostés (Hechos 4:34-35).

Esta diligente mención de los pobres se dirigió a aquellos que estaban dentro de la Congregación. No había nadie dentro de la Asamblea que estuviera en necesidad. Esto trajo pronto disensión dentro de la Congregación, porque aparentemente se mostraba favoritismo a las viudas de habla hebrea por sobre las viudas de habla griega. Pero el punto importante que necesitamos reconocer hoy día es que las porciones sagradas que la gente le daba a Yahwéh se estaban usando primero que nada dentro de la Asamblea para suplir las necesidades de los hermanos.

Pablo exhortó a los creyentes gentiles a dar porciones sagradas para ayudar a los creyentes mesiánicos que estaban en Judea. ¡La gente ha corrompido la exhortación de Pablo para justificar su observancia del domingo como día santo! Pablo estaba  exhortando a los corintios a que dieran las primicias de su trabajo cada semana para una causa caritativa, para usarse en una tierra extranjera, pero entre los compañeros creyentes. Note también que habían de seguir el mismo método que seguía Israel: habían de almacenar sus ofrendas en sus propios almacenes en los que guardaban los bienes apartados para un uso sagrado, y habría de ser colectado luego, pero antes de que llegara Pablo (1 Corintios 16:1-3).

Es interesante notar que en este caso, y también anteriormente (Hechos 6:13), la ministración para los pobres dentro de la Asamblea era manejada por laicos seleccionados por el pueblo, luego nombrados por los apóstoles para esta obra. Estaban en realidad haciendo lo mismo que habían hecho los levitas bajo el sistema del diezmo, excepto, por supuesto, que lo que colectaban no era para su propio uso.

Lo importante es que usted reconozca que ellos estaban aplicando el camino de Yahwéh a su propia situación. Esto es lo que nosotros también necesitamos hacer.

Bajo el sistema del diezmo, cada tercer año los almacenes privados para las porciones sagradas habían de ser vaciados y la gente había de tomar un juramento de que habla sacado las porciones sagradas y no las habían usado mal. Entonces había de ser almacenado EN LOS ALMACENES locales dentro de sus ciudades.

El antiguo adagio de que la caridad comienza por casa, es especialmente cierto cuando se sigue el camino de Yahwéh. La Asamblea primero que nada se encarga de los suyos que estén en necesidad de ayuda. Pablo fue muy especifico en cuanto a este requisito para la Asamblea. Lea su opinión en cuanto a la clase de fe que están manifestando las iglesias hoy día, también sus instrucciones en cuanto las bases sobre las que habría que enlistar a las viudas para ayuda, en 1 Timoteo 5 :8-10.

Santiago escribió sobre el problema de tener miembros de la Asamblea que estaba'1 en necesidad de comida y ropa. Lea su opinión en cuanto a lo que esto revela de las iglesias de hoy día, en Santiago 2: 14.17.

El alegrarse delante de Yahwéh se ha olvidado El uso de las porciones sagradas por parte del pueblo mismo para alegrarse delante de Yahwéh durante Sus días de fiesta se ha olvidado completamente. Esto fue especialmente fácil de cambiar porque la gente dejó de observar Sus verdaderos sábados. Ciertamente no seria apropiado tomar algo que uno ha apartado como consagrado para el Poderoso de la Biblia, y entonces usarlo para celebrar un festival religioso que provino de otra deidad.

Con el cambio en cuanto a la observancia de un conjunto diferente de días santos, tenía que ser alterado necesariamente todo el sistema del diezmo y sus varios propósitos. No cuadraría con un sistema diferente de adoración, y esto naturalmente llevaría a diferentes conclusiones en cuanto a cómo usar las porciones sagradas.

Es obvio cuando usted lo considera que el abandono de los sábados que Yahwéh le dio a Israel fue el punto central y vital que llevaría a un completo cambio en cuanto a qué darle al Poderoso, y especialmente en cuanto a cómo usarlo. Esta es la razón, si usted ha discernido la verdad en cuanto a los sábados dados por Yahwéh, por la que usted también necesita reconsiderar la manera en que maneja lo que usted dedica como sagrado para uso de Él. Es tiempo de abandonar también un método de dar que se originó en la observancia del domingo.

A Israel se le ordenó específicamente que se alegrara delante de Yahwéh durante sus santas convocaciones. Note en el siguiente pasaje el énfasis que le da Yahwéh al alegrarse, y a no presentarse ante él con las manos vacías, en Deuteronomio 16:13-17.

Les mandó a estar alegres cuando vinieran delante de él. Todos los varones tenían la orden de ir ante él tres voces al año: durante la Fiesta de los Inleudos, en Pentecostés, y en la Fiesta de las Cabañas. Todo el pueblo, sus familias, sus siervos y sus pobres junto con sus siervos, los levitas, habrían de ir durante la Fiesta de las Cabañas. Esta caía en el otoño, después que se recogían las cosechas, y el pueblo había de alegrarse por todas las cosas buenas que su Poderoso les había dado. No debían presentarse con las manos vacías. No habrían de ir cuando estuvieran de duelo; debían estar todos alegres delante de él.

El pueblo, sus hijos, sus siervos, y también los levitas, los huérfanos, las viudas, habría todos de participar de aquellas porciones sagradas, todos debían alegrarse delante de Yahwéh durante la fiesta. Él prometió bendecirlos en sus labores. La obra de sus manos prosperaría, fuera que trabajaran en el campo o en negocios; o en cualquier cosa que hicieran, él prometió bendecirlos. Esto estaba condicionado por su obediencia a él en seguir Su camino.

No hay un lugar hoy día

Hoy día, por supuesto, no hay un lugar exclusivo donde tengamos que asistir a fin de observar los festivales sagrados de Yahwéh. Más bien, cada creyente es un lugar donde Yahwéh ha puesto su nombre [y ellos se pueden reunir en cualquier lugar para celebrar] . Nosotros somos templo del Poderoso„morada suya (1 Cor. 3:16); y Yahshúa dijo que dondequiera que estén dos o tres reunidos en su nombre, allí estaría él también (Mat. 18:20).

Aunque no hay un Templo exclusivo como el de Jerusalem donde tengamos que presentarnos delante de Yahwéh, todavía hay tiempos señalados para alegramos delante de él, tiempos señalados que han de observarse como días santos, sábados de reposo, sábados de fiesta, y para alegrarnos juntos delante de él. Esto nunca se ha cambiado.

Debemos discernir la voluntad del Poderoso. Sus leyes han de estar en nuestros corazones, escritas en nuestra mente. Si esto le ha sucedido a usted, entonces sentirá un fuerte deseo de poner en práctica Sus caminos en su vida. Usted podrá discenir el propósito espiritual detrás de Sus leyes, y no tendrá ninguna dificultad en desear hacer realmente Su voluntad.

Sosteniendo a Sus obreros.

Los levitas y sacerdotes ministraban delante de Yahwéh para el pueblo. Por ese servicio se les dieron las porciones sagradas de Israel como su herencia.

Muchos podrían sentir hoy día que el diezmo es su herencia, su derecho legal hoy, pero no lo es. Además pueden reclamar que TODOS los diezmos pertenecen a ellos, o a la organización que ellos representan. Muchos pueden reclamar esto cuando no están en realidad sirviendo al Poderoso de su Biblia, ni a Su Mesías.

Cuando Yahshúa envió a sus apóstoles delante de él, ellos no debían llevar dinero ni ropa extra para su viaje. Les dijo que el obrero es digno de su alimento (Mat. 10:10). Él los estaba enviando a trabajar para israelitas que ahorraban sus diezmos en almacenes separados en sus propias casas, pero no les dijo que ahora ese diezmo pertenecía a ellos, o que era ahora su herencia. No lo era en aquel entonces, ni es hoy día la herencia de Sus ministros.

Pablo escribió una disertación a los corintios sobre el tema del sostén de los ministros el cual resulta iluminador. Aparentemente alguien había estado acusando a Pablo de no tener derecho a que lo mantuvieran en su obra. Él dijo: "¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?" (1 Cor. 9:ó). Pablo preguntaba que si él y Bernabé eran los únicos que no tenían derecho a que los mantuvieran en su labor por el Mesías, de modo que tenían que trabajar para mantenerse.

Pablo explicó luego por qué él personalmente trabajaba en algo secular para mantenerse, en lugar de que lo mantuviera la congregación; pero note que en su argumento en 1 Corintios 9:7-10 él no apela al diezmo, sino más bien apela a otros preceptos de la ley.

Si Pablo enseñaba que una décima parte de todo lo que la gente ganara debía pertenecer a los ministros, este el lugar perfecto para declararlo. Pablo apeló a la ley de Moisés, pero lo hizo para mostrar que todo el que trabaja lo debe hacer esperando participar de los frutos de su labor. Es el mismo principio que afirmó Yahshúa: el obrero es digno de su salario.

Tienen derecho al sostén

Los ministros tienen derecho a que los mantengan en su labor (1 Corintios 9:12-14). Si están proclamando el Evangelio, tienen derecho a ser sostenidos por el Evangelio. Se han ganado ese sostén. El problema es que muchos pueden reclamar este derecho cuando en realidad están usando la mayor parte de su tiempo en combatir precisamente aquello que
el Nuevo Testamento debe realizar en los oyentes.

Tales ministros dicen que Yahshúa es el Mesías, pero entonces le enseñan diligentemente al pueblo que no deben ir tan lejos como obedecer las leyes que él ofrendas rece poner en sus corazones y en su mente. Tales hombres no tienen derecho a lo que se sirve como porción sagrada para Yahwéh y su Mesías.

Abandonemos los caminos dominicales

Yahwéh nos dio el principio de dar una décima parte, más primicias, más ofrendas voluntarias. Él nos dio tres usos principales para estas porciones sagradas: 1) sostén de sus ministros u obreros, 2) sostén de los pobres en la propia tierra de Israel, en su Asamblea, y 3) para usarlo uno mismo para alegrarse en Sus fiestas. Estos son los principales preceptos discernibles en Sus leyes sobre el diezmo, y enseñadas claramente en principio a la Asamblea del Nuevo Testamento. Nunca serán cambiados mientras no pasen el cielo y la tierra.

Queda de parte de usted el poner por obra estos preceptos en su propia vida. Yahshúa le ha dado el poder de llegar a ser un verdadero hijo del Padre. Usted puede tener Sus leyes en su corazón para que lo hagan amar este camino, y sus leyes en su mente para darle entendimiento de cómo puede usted seguir Su camino en cualquier situación en la que se vea envuelto hoy día. Usted puede comenzar ahora a aplicar estos principios en su propio dar a Yahwéh. Si usted ha estado dando al estilo dominical, ahora es el tiempo de cambiar.


..........................................
Traducción y revisión de José Alvarez